Siempre he pensado que tras la muerte de mi cuerpo físico no hay nada. Vacío, nada, simplemente nada.
Yo no recuerdo nada de antes de nacer, y tú? Ni siquiera se bien cuando comienzan mis primeros recuerdos de la infancia. Me costaría mucho recordar algo de cuando tenía menos de 5 años... Y de los pocos recuerdos que tengo de cuando tenía menos de 7 años (cuando me mudé por primera vez de ciudad), simplemente tengo un puñado de ellos que puedo contar con los dedos de ambas manos. Por qué debería recordar algo después de morir si dejo de tener un cuerpo físico? Al igual que no recuerdo nada de antes de nacer, no voy a recordar nada de después de morir. O por lo menos así es como lo veo yo....
El tema es que hace unos meses, en Septiembre 2012 concretamente, mi amiga BM invitó a ir con ella a un fin de semana de charlas relacionados con la toma de conciencia. Precisamente el evento en sí se llamaba “Conciencia con ciencia”. En este evento varios ponentes hablaban sobre distintos temas y todos ellos relacionados con el crecimiento interior y la toma de conciencia individual y colectiva.
En los intermedios entre ponente y ponente, salíamos de nuestras sillas para estirar un poco las piernas y en la entrada a la sala, había varias mesas con libros para su venta. Mi amiga BM se compró un libro que se llama “La rueda de la vida” de Elisabeth Kubler-Ross y me explicó que trata de una doctora que se ha pasado gran parte de su vida profesional dedicada a estar cerca de los moribundos y que ha escrito varios libros al respecto y que se habla de la vida y la muerte y la vida después de la muerte.
Y cuantas películas no habremos visto de personas que mueren y tienen que ir hacia la luz y que si no van hacia la luz se quedan en tierra de nadie vagabundeando hasta que alguien les ayuda a pasar al otro lado.... Bueno, pues parece que esta buena señora se ha dedicado a investigar durante gran parte de su vida, el comportamiento de las personas que están en la antesala de la muerte y las experiencias de las personas que han experimentado la muerte y han regresado a la vida para poder contar con pelos y señales como han sido dichas experiencias. Al final va a resultar que lo que vemos en las películas tiene poca cosa de invención de algún esquizofrénico o guionistas extremadamente imaginativos...
Yo como buena incrédula que soy, me fui un día a una conocida librería a curiosear los libros que tenían de dicha autora. Por cierto, que se me ha olvidado decir que yo también terminé comprándome el libro en cuestión, pero ahí lo tengo todavía bien colocadito en la estantería para cuando me llegue el momento de leerlo. Como decía, fui a la FNAC a curiosear los libros de Kubler-Ross y preguntando a una de las vendedoras, me enseñó uno que me dijo que era un resumen del trabajo de la vida de esta doctora “La muerte: un amanecer”. Creo que tardé 2 o 3 días en leermelo entero de cabo a rabo (es pequeño, de unas 200 páginas).
Este libro me hizo dudar de la seguridad que tengo (o más bien tenía) sobre si hay vida o no, o simplemente sobre “qué hay” después de la muerte. Es un libro resumen sobre toda la obra de esta doctora, en el que te cuentan como las personas que sufren durante su vida, cuando mueren son totalmente felices; como los enfermos a los que les falta la salud, están totalmente sanos en el otro lado; como personas a las que los médicos se han dedicado a devolver a la vida tras momentos de muerte se quejan de por qué les han devuelto a una vida física donde son tan miserables.... Los adultos que vuelven a la vida cuentan que ven a sus familiares ya fallecidos y los niños suelen ver a la virgen María porque todavía no tienen familiares directos que hayan fallecido (como sus padres).
Y si te pones a pensar que todo esto no está basado en ninguna ficción, sino en una persona que ha dedicado media vida a sentarse al lado de gente enferma y moribunda y simplemente se ha dedicado a escucharles y ha conseguido aglutinar tal cantidad de información al respecto analizándola y sacando siempre las mismas conclusiones, es que algo tiene que haber de verdad en todo ello. Por muy incrédula que yo sea.
Hace poco tiempo pusieron por la tele la película “Camino”, que trata sobre una niña con cáncer y su proceso de enfermedad y muerte. No recuerdo si leí el libro antes de ver la peli, pero sí que todo pasó en bastante corto plazo de tiempo. Al final de la peli, cuando la niña muere, se ve como la niña se reencuentra con su padre, que ella no sabía que había muerto justo unos minutos antes que ella. Este tipo de experiencias también las cuenta Elisabeth en su libro. Simplemente escalofriante...
Y debe ser por ello que últimamente cuando me acuesto y agradezco a mis ángeles de la guarda el día que me han regalado, siempre me viene al pensamiento una imagen de 2 personas mirándome desde arriba. Pero lo curioso no es eso, sino que esas dos personas han tomado un físico muy concreto en las últimas semanas y esta misma semana se les ha añadido un perro! Y aunque me toméis por loca, tengo que confesar que esas figuras y ese perro, son de mi propia familia. Mi padre, mi hermana y la perra que teníamos hace 20 años, están en algún lado cuidando de mí cada día. Y cada vez que me meto en la cama y veo esa imagen me emociono y me alegro cada vez más de que un simple libro contando experiencias de otras personas me haya abierto la mente y me haga cuestionarme las creencias limitantes que he tenido durante toda mi vida sobre la muerte. Es la primera vez en mi vida que dudo si realmente no hay nada tras la muerte de mi cuerpo físico...
Y creo que todo esto se ha dado en este momento preciso de mi vida, porque la semana que viene voy a hacer un curso sobre como leer los “registros akáshicos”, y los registros tratan precisamente sobre la información de todas nuestras vidas y reencarnaciones. Como voy a hacer semejante curso sin tan siquiera tener al menos la duda sembrada sobre si existirán otras vidas aparte de nuestras vidas físicas en este momento concreto de la historia?
Y es que las cosas que nos pasan en la vida, nunca son casualidades, sino causalidades.
Gracias Universo por ser tan sabio e ir colocando todas las cosas en su sitio tan inteligentemente!!
Como AZ dijo una vez “las cosas no pasan cuando uno quiere que pasen, sino cuando tienen que pasar”.